ALBUQUERQUE, Nuevo México — Los beneficios del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) han sido suspendidos este mes en Nuevo México como resultado del cierre parcial del gobierno federal, que ya suma más de 28 días. La medida ha afectado a aproximadamente 460,000 residentes del estado, muchos de los cuales dependen del programa para acceder a alimentos básicos.
Mientras la incertidumbre continúa, negocios locales en Albuquerque han decidido actuar para apoyar a las familias más vulnerables. Restaurantes como Urban Hot Dog Company, Meraki Coffee Market, Burrito Baby, Rio Grande Social y Chicken Salad Chick están ofreciendo comidas gratuitas para niños y personas mayores afectadas por la suspensión.
“A partir del primero de noviembre, cualquier persona que esté perdiendo algún beneficio, definitivamente estamos ayudando a cualquier niño en edad escolar. Solo vengan y digan que quieren la especial de pizza de queso y nos encargaremos de eso por ustedes”, explicó Melanie Jimenez, gerente general de Rio Grande Social. “Los fines de semana también estamos haciendo algo para los veteranos y adultos mayores que están siendo afectados. Les damos un plato gratuito, solo avísenos que están aquí por el especial del plato social y les ayudaremos”, agregó.
El fiscal general de Nuevo México, Raúl Torrez, presentó una demanda en conjunto con 23 fiscales generales y tres gobernadores contra el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). La acción legal busca restablecer los beneficios del programa, argumentando que la agencia tiene acceso a fondos de emergencia aprobados por el Congreso y que la suspensión viola las obligaciones federales.
En un comunicado oficial, Torrez subrayó la importancia de mantener el apoyo alimentario durante la crisis económica actual:
“No me quedaré de brazos cruzados viendo cómo nuestra gente pasa hambre cuando el Congreso ya ha asignado miles de millones de dólares en fondos de emergencia para que tengan comida en sus mesas. En un momento en que demasiadas personas luchan contra el aumento de los costos, deberíamos ampliar el acceso a la asistencia alimentaria, no socavarla.”
Además del impacto directo en las familias, la suspensión de SNAP afecta también a escuelas, universidades y negociosque dependen del programa para mantener la estabilidad alimentaria en sus comunidades.
Por ahora, mientras se esperan resultados legales, la solidaridad local se ha convertido en el mayor alivio para miles de familias. Jiménez destacó que la respuesta de los negocios refleja los valores que caracterizan a los nuevos mexicanos:
“La comunidad nos ha apoyado como restaurante local y solo queremos devolver lo que podamos.”
Otros representantes estatales continúan trabajando en medidas para mitigar los efectos del cierre federal, mientras se espera una respuesta del gobierno en las próximas semanas.









