Según un informe de la organización Mobile Pathways, entre enero y septiembre de 2025 más de 353 mil personas han sido deportadas de Estados Unidos, un aumento del 227 % frente al año anterior. El reporte destaca que menos del 2 % de las personas expulsadas tenía antecedentes penales. La mayoría son inmigrantes sin historial delictivo que fueron procesados bajo la política de “deportación acelerada”, la cual no permite apelaciones y agiliza la salida del país. Por su parte, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) informó que más de 2 millones de personas han salido del país en lo corrido del año.
De esa cifra, 1,6 millones corresponden a auto deportaciones, mientras que unas 400 mil fueron expulsiones forzadas.
En estados como Colorado y Wyoming, se han registrado cerca de 3.000 arrestos por parte de agentes de inmigración, lo que ha generado preocupación en las comunidades locales ante el aumento de operativos.
El impacto se concentra especialmente en América Latina. México, Honduras, Guatemala, Venezuela y Colombia encabezan la lista de los países más afectados, con más de 75 mil deportaciones solo hacia México.
Aunque el gobierno federal mantiene su meta de alcanzar un millón de deportaciones en 2025, los expertos advierten que ese objetivo podría no cumplirse. Sin embargo, el costo humano de estas medidas sigue en aumento, con millones de familias latinoamericanas separadas o afectadas por una política migratoria cada vez más estricta.






